Cierre de campaña en La Matanza
"No venimos con promesas sino con el testimonio de lo hecho"
Gracias, hace exactamente 4 años y medio, desde aquí, desde el corazón del Gran Buenos Aires, desde La Matanza, junto a los que más necesitan, a los que más entienden y comprenden la necesidad … Claro que es La Matanza, es Buenos Aires, es Argentina, es la Patria, ¡Vamos!
En un día como hoy un hombre, que venía del sur, junto a su compañera de toda la vida, venía a contarles a todos los argentinos desde aquí, desde este lugar los sueños que teníamos, soñábamos con un país en donde el trabajo volviera a ser el gran organizador de la familia, de los hombres y las mujeres, teníamos el sueño de volver a recuperar la dignidad de tantos millones de argentinos, que todos los días se levantaban y no tenían a dónde ir, pocas cosas más indignantes y humillantes que perder la dignidad del trabajo. Junto a ese trabajo se había ido también la familia y muchos de los valores que conforman a nuestra sociedad.
Veníamos también con el sueño de derribar los muros de la impunidad, que habían colocado a la Argentina en un lugar, donde nos avergonzaba como ciudadanos y ciudadanas de un Estado democrático; veníamos también con el sueño de recuperar para todo el pueblo la dignidad de los representantes en el Parlamento y en el Ejecutivo para que nuevamente todos los argentinos y todas las argentinas supieran que las decisiones de un Gobierno se toman en la Casa Rosada y en el Parlamento y no en las oficinas del Fondo Monetario Internacional.
Veníamos con el sueño de que nuestros viejos, esos que construyeron la Patria, volvieran a tener la dignidad de ser reconocidos. Venimos con el sueño de que nuestros empresarios, nuestros productores en el campo, en los talleres, en las fábricas volvieran a confiar de que era bueno producir en el país, en el que era bueno trabajar para todos los argentinos y para generar fuentes de trabajo; venimos con muchos sueños a contarlos.
En aquella oportunidad no nos creyeron muchos argentinos, apenas un 22 por ciento acompañó a ese hombre, al que siempre le digo que tuvo más desocupados que votos cuando le tocó sentarse en el sillón de Rivadavia. Pero quiero decirles que al cabo de esos 4 años y medio muchos de esos sueños se han realizado: más de 3 millones de argentinos y argentinas han vuelto a tener trabajo; millones de jubilados han visto recuperar sus haberes jubilatorios y otros por primera vez que habían quedado dejados de la mano de Dios, fueron incorporados a una cobertura de salud, a un sistema previsional; millones de argentinos que pudieron ver mejorados sus ingresos y de esta manera volver a sentir que trabajar puede ser útil para progresar, que trabajar es dignificar la condición de cada uno de los argentinos.
Al cabo de estos 4 años y medio miles de argentinos emprendedores, comerciantes, empresarios han vuelto a abrir fábricas, talleres, han crecido las que estaban y entonces, cuando uno puede ver que una parte esos sueños comienzan a cumplirse tiene la certeza de que es necesario ir por los sueños que faltan. Todavía tenemos argentinos que no tienen trabajo, y por eso vamos por esos sueños; todavía necesitamos más educación y más salud en la República Argentina y por esos sueños vamos el 28.
No estamos aquí con discursos vacíos de promesa, estamos aquí con el testimonio del compromiso de lo hecho, junto a millones de argentinos, que volvieron a confiar que cambiar la historia, cambiar el destino de cada uno de nosotros puede ser posible.
Porque hemos aprendido que si cada hombre y cada mujer puede construir, también, su vida y su destino, juntos hombres y mujeres, ciudadanas y ciudadanos podemos también construir la historia de la República Argentina, una historia diferente, una historia en la cual volvemos a tener la dignidad de la memoria, la verdad y la justicia; una historia donde tenemos, una vez más, la dignidad de que aquí estamos los argentinos reconstruyendo nuestra propia Patria, desde nuestra propia identidad, aquí en la Patria, aquí en Latinoamérica, donde hemos aprendido finalmente que pertenecemos.
Y hemos también aprendido, compatriotas, que esta tarea no solamente la puede hacer un espacio político, esta tarea no solamente es la de un partido, es obligación de todo argentino convocar no solamente a los que piensan como uno, sino también a aquellos que desde distintas experiencias históricas, de distintas identidades tienen el mismo objetivo.
No me canso de repetir, el tiempo perdido de Argentina, donde partidos populares, nacionales y democráticos nos hemos enfrentado, casi mediocremente y hemos permitido, tal vez, que unos pocos que nunca creyeron en los argentinos, que unos poquitos que nunca creyeron en el destino de la Patria pudieran torcernos, una y otra vez ese destino.
Hoy, a 4 años y medio, tenemos esa certeza, por eso la construcción de un espacio más amplio: la Concertación, junto a hombres de la Unión Cívica Radical, hombres del socialismo, hombres independientes y nosotros los peronistas, que estamos aquí, como siempre en la historia, como siempre poniendo el hombro, como siempre dando testimonio de nuestros aciertos y de nuestros errores, pero siempre comprometidos con los intereses de la Patria.
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