En el año 2009 vence la ley provincial en la cual se excluía aL oeste de la Ruta Nacional 40 la explotacion minera a cielo abierto, por este motivo iremos subiendo notas que tengan que ver con esta situación que se nos viene
“SON MUY POCO RESPETUOSAS DE LOS PROPIETARIOS DE LOS INMUEBLES RURALES”, SOSTIENE FEDERICO PICHL
El campo le apunta a las mineras
Desde la entidad rural de Comodoro se exige la remediación de las tierras. Las petroleras vienen cumpliendo su parte con las normas ISO 14000. Pero con las mineras hay un vacío de control.
En los campos de Chubut se quejan por los daños que provoca la explotación minera.
Las empresas mineras están en la mira de las sociedades rurales de Chubut y Santa Cruz. Es que no respetan las normas medioambientales y sus trabajos son perjudiciales para los productores agropecuarios. Los proyectos mineros en Chubut se multiplican y ya suman más de 20.
Esta relación contrasta con las operadoras petroleras, las que en los últimos años incorporaron a sus políticas empresariales la normativa internacional de calidad y preservación del entorno ecológico, como las de la Organización Internacional para la Estandarización (ISO, por sus siglas en inglés).
Tanto el petróleo como las minas son industrias que requieren de la tierra y entran en conflicto con los productores del agro. Las técnicas extractivas a cielo abierto son altamente contaminantes y en Esquel hubo una fuerte impronta anti-minera. Recientemente se formó en Comodoro el Foro Minero y Ambiental, un espacio donde se ponen en debate las acciones de las mineras.
Federico Pichl, presidente de la Sociedad Rural de Comodoro Rivadavia, le explicó a Diario Patagónico: “La convivencia entre campo y petróleo ha sido, es y seguramente seguirá siendo difícil. Hay distintas culturas involucradas, distintos modos, distintas conductas. Hay dificultades para que a veces los petroleros entiendan la realidad y hábitos de la producción agropecuaria, pero venimos mejorando con las operadoras”, reconoció el productor agropecuario.
Las normas son establecidas por asociaciones civiles sin fines de lucro que hacen de organismos de certificación en las empresas que requieran sus servicios. Existen distintas normas que obligan a las compañías a cumplir con estándares de calidad y, en este caso, medioambiente. Hay distintas entidades que realizan este tipo de tareas. En la Argentina el de mayor prestigio es el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM).
Las empresas petroleras comenzaron a utilizar estos parámetros de calidad en los últimos años, incluso algunas operadoras establecen normativas propias para sus contratistas. Expertos en Medio Ambiente consultados por este medio dan constancia de lo estricto que es el control.
“Advertimos que las operadoras tienen un compromiso con la cuestión medioambiental más serio y sólido. Los problemas a veces se plantean con contratistas y subcontratistas, más allá de que las operadoras les imponen conductas y normas ambientales más precisas, no siempre se cumplen. Pero es y seguirá siendo una relación difícil, como toda relación entre dos actividades tan diferentes una de la otra”, admitió el presidente de la entidad rural.
La actividad minera genera contaminación con cianuro y azufre, cuyas consecuencias sobre los seres humanos pueden ser trágicas, además del daño sobre el entorno ecológico. Una derivación directa puede ser la lluvia ácida, por ejemplo.
Una primera comparación entre el petróleo y la minería hace pensar que las compañías hidrocarburíferas cuidan su imagen y aceptan las normas ISO, mientras que las empresas extractivas de metales se manejan con impunidad sobre los territorios del país. De hecho, cuentan con un esquema tributario que las deja prácticamente libre de impuestos, siendo sólo un 3 por ciento de regalías el pago al fisco nacional.
FUENTE EL PATAGONICO
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